Para su transcripción en el Avance Programático:
Desde una perspectiva económica, la empresa se
caracteriza como una entidad autónoma de producción de bienes o servicios, en
la que se integran de forma coordinada diversos medios productivos (trabajo
humano y elementos materiales e inmateriales), bajo la dirección del empresario.
La satisfacción de las necesidades que plantea el mercado,
se concreta con el ofrecimiento de productos por parte de una empresa, ya sea
agrícola o del sector primario; industrial o del sector secundario; servicios o
del sector terciario, junto con la contraprestación de un precio. La empresa,
para cumplir sus objetivos y desarrollar el conjunto de sus actividades, ha de
disponer de unos medios o factores, que podemos reunir en dos grandes grupos:
• Personas o factores activos.
• Bienes económicos o factores pasivos.
Los bienes económicos son factores en sí mismo limitados,
mientras que los primeros forman la dinámica de la empresa, de manera que actuarán
sobre los factores pasivos para intentar alargar sus límites y mejorar sus
resultados. La empresa precisa de una organización, impuesta por quien posee la
facultad de dirigir: el empresario.
Genéricamente, la clasificación de los elementos
constituyentes de la estructura de la empresa sería la siguiente:
a) El grupo humano o las personas: Dentro del grupo
humano podemos señalar la existencia de grupos diferenciados por sus intereses
y relaciones con los grupos restantes, estos son:
Los propietarios del capital o socios; los
administradores o directivos; los trabajadores o empleados.
Entre los dos primeros grupos, y básicamente en el
segundo, surge la figura del empresario tal y como hoy se le concibe.
b) Los bienes económicos: Los bienes económicos se suelen
clasificar en inversiones o duraderos; y en corrientes o no duraderos, según su
vinculación al ciclo productivo de la explotación.
La organización dentro de una empresa, aparece como el
conjunto de relaciones de autoridad, de coordinación y de comunicación que
forman la actividad del grupo humano entre sí y con el exterior. Esta
estructura organizativa es definida por el empresario.
Funciones de la
empresa
La empresa en una economía de mercado cumple con las
siguientes funciones generales:
a) Organiza y dirige básicamente el proceso de
producción, si bien, a veces, se le marcan o regulan ciertos aspectos y líneas
de actuación de su actividad por los organismos estatales de planificación y
dirección económica.
b) Asume ciertos riesgos técnico-económicos inherentes a
la anterior función, riesgos que se matizan por los principios de responsabilidad
y control de la empresa.
Asimismo, los "riesgos" a los que se enfrenta
una empresa para la consecución de sus objetivos, se ven atenuados por las
causas siguientes:
El progreso de las técnicas de gestión, permitiendo
mejorar la planificación, programación, presupuestación y control; la posición
de privilegio de la empresa en el mercado; la dispersión del riesgo al aplicar
los fondos financieros a explotaciones diversificadas; la constitución de
empresas multinacionales, así como acuerdos y conciertos de actuación con las
mismas; el desarrollo de la actividad empresarial supone el desempeño de
numerosas tareas, muchas de las cuales se han convertido en campos
especializados del conocimiento.
A estas áreas de trabajo especializadas también se les
suele denominar “funciones empresariales”. Las funciones empresariales
genéricas más importantes son las siguientes:
• La dirección de empresas: define los objetivos, los
recursos y la organización de la empresa a largo, medio y corto plazo.
• La gestión económica y financiera: se encarga de los
temas relacionados con la contabilidad, las finanzas y los temas fiscales.
• La comercialización: entre otras cuestiones se dedica a
la investigación de mercados, la gestión de ventas y el marketing.
• La dirección de producción: que diseña el producto, el
proceso para realizarlo, y controla la calidad de los materiales y procesos
utilizados.
• La dirección de recursos humanos: que se encarga, entre
otras cuestiones, de seleccionar y formar al personal y de las relaciones
laborales.
Cada empresa las define y las lleva a cabo de una forma
determinada. Así, en una empresa pequeña, puede que una persona absorba varias
funciones (por ejemplo, el gerente de una pequeña empresa puede asumir las
funciones de dirección y la gestión económica y financiera.
Información
complementaria:
La empresa, para Max Weber, está organizada de una forma
donde la propiedad está separada tanto de los medios de producción como de la
administración. Todo el personal de la empresa, desde los más altos
funcionarios hasta los niveles inferiores, no tiene participación alguna en los
medios de producción, ni en la administración. Ambas son más bien provistas a
ellos, y los “oficiales” están obligados a rendir cuenta del uso de las mismas.
Los miembros de una empresa son remunerados generalmente
bajo un salario fijo (en dinero), con un derecho a una pensión. El trabajador
puede renunciar a su cargo en cualquier momento, y esta decisión no está
siempre en las manos de la autoridad. Por lo general, el sueldo está con
relación a la jerarquía, aunque ocasionalmente el status social también es tenido en cuenta. La organización empresarial es un sistema activo en el tiempo, donde
las funciones son resultado de reglas y normas, cuyos miembros piensan
en términos de carrera dentro de la organización. Para ello, existe un sistema
de promoción, que está bajo criterio y mando de los superiores, y depende principalmente
de la antigüedad y de los resultados.
Los expertos han de ser quienes realizarán además esfuerzos
de coordinación y control. Se espera que puedan anticipar las consecuencias de
los distintos actos “mecanicistas” dentro de la organización. Esto hace más
predecible el funcionamiento empresarial pudiendo desarrollar una más precisa
relación entre los medios y fines. Esto a su vez nos lleva a mejores resultados
y a la maximización de utilidades en el largo plazo.
Para Max Weber, es necesaria una base moral – en este
caso de Estados Unidos, la religión protestante, por la cual las personas
pueden ser industriosas en su vida terrenal y puedan alcanzar también "salvación
eterna". Weber postula que la industrialización creciente va a hacer cada
vez más predominante a la organización de tipo burocrática, ya que las otras
dos formas, tanto la tradicional como la feudal, no podrán sobrevivir, yendo
incluso mucho más allá del mundo empresarial y cubriendo sectores como la
educación, gobierno, la política, el sindicalismo, etc.
Insertas en el capitalismo, las empresas buscan obtener las
mayores ganancias con los menores costos. La llamada
"Administración científica" es un intento por aplicar los métodos de
la ciencia a los problemas crecientemente complejos del control del trabajo en
las empresas capitalistas en rápido crecimiento.
Sin embargo, Harry Braverman apunta
que a esta "Administración científica" le faltan las características
de una verdadera ciencia, porque sus supuestos no reflejan más que la
perspectiva del capitalista respecto a las condiciones de producción. Surge no
desde el punto de vista humano, sino del capitalista, del punto de vista de la
administración de una fuerza de trabajo "recalcitrante" y en un marco
de luchas antagónicas. No intenta descubrir y confrontar la causa de esta
condición, sino que la acepta como un supuesto inexorable, como una condición
"natural".
Por tanto, la administración
científica, aplicada a la dinámica de la empresa capitalista, investiga no al
trabajo en general, sino la adaptación del trabajo a las necesidades del
capital, estableciendo mecanismos de control, lo que implica a su vez el
establecimiento de mínimos de producción. De esta manera, un trabajador está
bajo control administrativo cuando está sujeto a estas reglas o a cualquiera de
sus extensiones y variaciones.
En este sentido, Federick W. Taylor
llevó el concepto de control a un plano enteramente nuevo, cuando afirmó como
una "necesidad absoluta para una adecuada administración, la imposición al
obrero de la manera precisa en que debe ser ejecutado el trabajo". Su
sistema era simplemente un medio para que la gerencia de una empresa lograra el
control del "modo real de ejecución" de toda actividad laboral, desde
la más simple hasta la más compleja.
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