En este punto vamos a tratar dos categorías importantes, más allá del
concepto "hombre", que es reduccionista en sí mismo. Siguiendo al
sociólogo francés Emilio Durkheim, hablamos de "individuo", porque
este término es susceptible de tratamiento teórico, es decir, permite analizar
desde un margen más amplio, hasta qué punto el individuo, como sujeto o actor, nace
de la sociedad y está determinado por ella, y qué tanto la sociedad se configura
y reproduce a partir de los individuos.
La primacía de la sociedad con respecto al individuo es de orden
histórico, donde los individuos se asemejan unos a otros y están como "perdidos"
en el todo, en sociedades cuyos miembros han adquirido al mismo tiempo
conciencia de su responsabilidad y capacidad para expresarla. De esta manera, las
sociedades colectivistas, donde cada uno se asemejaba a todos, son
históricamente las primeras.
Pero afirmar que los individuos se han dividido el trabajo, con el fin
de aumentar la eficacia del rendimiento colectivo, implica suponer individuos
diferentes unos de otros y conscientes de su diferencia. De acuerdo con Emilio Durkheim,
en realidad la conciencia de la individualidad no podía existir antes de la
división del trabajo, es decir, existe una prioridad del todo sobre las partes
y es necesaria la "irreductibilidad del conjunto social a la suma de los
elementos y la explicación de los elementos por el todo", donde la
conciencia individual está totalmente fuera de sí y se expresa entonces la
necesidad de explicar los fenómenos individuales por el estado de la
colectividad, y no el estado de la colectividad por los fenómenos individuales.
Una sociedad está formada por todo un conglomerado de personas en
contacto continuo; representa un poder que regula a los sujetos, donde la
sociedad determina al individuo. La sociedad es externa y anterior al mismo.
Externa porque impone coacciones a sus miembros; anterior porque históricamente
aparece primero la sociedad y luego el individuo, porque la formación de las
conciencias individuales se desprende del desarrollo histórico de la sociedad.
Por lo tanto, la individualidad es un producto de la sociedad, construcción
cultural sujeta a un orden colectivo del cual es solidaria, encontrándose
adaptada al mismo, sin dejar de desprenderse. Para oponerse al individualismo, basta
con afirmar que las causas de los hechos sociales no se pueden buscar sólo a
partir de hechos individuales, sino que es necesario también recurrir a los
factores sociales, donde la sociedad es entendida como una realidad distinta
del individuo, superior a él y determinante de su comportamiento.
Información complementaria:
Con respecto a la naturaleza humana, la dicotomía entre lo social y lo
individual —que cobija en sí otras oposiciones— es cristalizada en los
conceptos de sociedad e individuo; nociones que podrían ser definidas, por
extensión, enumerando uno a uno los rasgos que se ubican a cada lado de la
dicotomía. Mas, si según esa oposición binaria corresponde caracterizar lo
individual como lo orgánicamente dado, la conducta de los seres aislados, los rasgos abstractos, por ejemplo, el
comportamiento egoísta, los factores internos a la conciencia; a la hora de
definir la naturaleza humana, Emilio Durkheim finalmente destaca su “dualidad
constitucional”.
En el hombre, que fue siempre concebido como constituido por realidades
heterogéneas (el cuerpo y el alma, según la religión), gravitan dos polos, no
sólo distintos sino opuestos: en el aspecto moral, las tendencias sensibles y
la moralidad; en lo intelectual, las sensaciones y los conceptos. Dicha dualidad no es más que producto de la doble
existencia que lleva el ser humano: una puramente individual, con raíces en el
organismo, y otra social, derivada de pertenecer a un órgano colectivo,
diferente y superior a la propia individualidad. En consecuencia, el hombre no es social
sino que "se hace social".
En suma, el individuo necesita adquirir las ideas y sentimientos que
constituyen la conciencia colectiva e interiorizarlos en su propia conciencia. Para
Emilio Durkheim dicha labor, dado que no se produce espontáneamente, sólo puede
ser resultado de una acción deliberada e intencional: la educación. Para que el
hombre —que no es social por naturaleza— se haga social, se requiere que la
sociedad, como fuerza exterior, le fije límites a sus deseos, le imponga las
reglas y lo ligue a vínculos sociales. El ámbito educativo es el espacio de
socialización y reproducción social por excelencia; la escuela como la institución
que forma a los individuos, para insertarlos, finalmente, en el mundo del
trabajo.
A decir de Michel Foucault, el sujeto es en sí mismo
producto de sus posibilidades. Existen prácticas específicas de constitución
del sujeto en las que además participa el propio individuo, en el momento que
interioriza formas de dominio de sí mismo. Estos espacios o áreas de movimiento,
son básicamente estructuras lingüísticas. Este pensador concibe al
hombre moderno (sujeto), no como ciudadano con garantías, sino un sujeto
calculable y objetivable, donde la individualidad moderna es producto de una
transformación en los dispositivos tecnológicos sobre el cuerpo humano y el
arribo del hombre en el nuevo saber científico, donde la disciplina incrementa
las fuerzas del cuerpo económicamente, porque lo hace productivo, mientras que debilita políticamente las fuerzas del
cuerpo, porque logra dominarlo.
Un elemento fundamental de la naturaleza humana, es la necesidad
del trabajo creativo ─le decía Noam Chomsky, lingüista norteamericano, a Michel
Foucault en 1971─, la indagación creativa, la creación libre sin el efecto limitante
de las instituciones coercitivas. Hay en ello "una necesidad humana de
liberarse de imposiciones externas", de lo cual concluye que "una
sociedad debe maximizar las posibilidades para que se desarrollen estas
características humanas fundamentales", así como reflexiona que la misión
del científico o del intelectual debe ser "imaginar una sociedad futura
que se ajuste a las exigencias de la naturaleza humana".
Ejercicio:
A continuación, se encuentra un video, donde sucede una discusión intelectual entre Noam Chomsky y Michel Foucault, realizada en 1971.
Ambos reflexionan sobre la naturaleza humana. El primero, esperanzado en el "trabajo creativo" como forma de liberación; el segundo apremia, antes que plantear una sociedad ideal, la tarea inmediata de analizar las instituciones donde se ejerce el control político.
¿Qué piensas de este debate? Analiza los principales asuntos que ambos critican, apúntalos en una lista, para exponer luego en el transcurso de la clase.
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