viernes, 20 de septiembre de 2013

1.3.1 Estructura económica

Para su transcripción en el Avance Programático:

La estructura económica es el resultado de la suma de las relaciones de producción en una sociedad, según Carlos Marx, quien escribe: "en la producción social de su vida, los hombres entran en determinadas relaciones, necesarias e independientes de su voluntad, que son las que denomina como relaciones de producción. “El conjunto de estas relaciones de producción forma la estructura económica de la sociedad, la base real sobre la cual se levanta la superestructura jurídica y política". Marx dirá: “Cualquiera que sean las formas sociales de la producción, los trabajadores y los medios de producción permanecen siempre como los factores. Para una producción cualquiera, se precisa su combinación. La manera especial en que actúa esta combinación es lo que distingue a las diferentes épocas económicas por las que ha pasado la estructura social”.

Por otra parte, para Max Weber, con relación muy distinta al modelo de Marx, no es la economía la estructura de la sociedad, sino el mercado el que, como institución, "crea formas de sociedad entre los contratantes particulares y una relación social (de competencia sobre todo) entre todos los concurrentes al mercado, pues orientan su conducta por referencia recíproca a la de los demás".

Para el sociólogo alemán Max Weber, fuera del mercado y su dinámica de orientación en la acción social del individuo, sólo surgen formas de sociedad cuando algunos partícipes se ponen de acuerdo con el fin de aumentar sus probabilidades de éxito en la lucha de precios, o cuando todos se conciertan a fin de regular y asegurar el cambio. El mercado, y la economía de cambio fundada en él, es el tipo más importante de una influencia recíproca de la acción por la pura y simple situación de intereses, cosa característica de la moderna economía.

Para Barros de Castro y Carlos Lessa, en “Introducción a la economía”, la estructura económica se define como las relaciones y proporciones que caracterizan a un conjunto de factores económicos localizados en el tiempo y en el espacio que tienen una significación primordial.

Pero la economía de cualquier país o región no debe de abordarse en abstracto sino enmarcado en el espacio, es conveniente definir el concepto de región económica, como un aspecto que constituye un complejo geográfico y socioeconómico, a fin de conocer la producción, servicios y consumo de una sociedad en un tiempo determinado.

El capitalismo contemporáneo de fines del siglo XX e inicios del siglo XXI, se caracteriza por la globalización económica, entendida como un fenómeno básicamente económico que enlaza múltiples aspectos sociales, políticos, culturales y ecológicos; en donde la globalización es el resultado final del rápido proceso de internacionalización de la producción y las transacciones entre países desarrollados y no desarrollados

En México, el crecimiento económico del país se ha caracterizado por profundizar las desigualdades económicas y sociales inherentes a un país capitalista, con una economía subordinada y dependiente, como es la economía nacional. Dichas desigualdades han sido el producto, tanto de factores externos como internos, los cuales en conjunto se han plasmado en un espacio regional cada día más desigual entre sí y con otras regiones, manifestándose en la excesiva concentración de la industria, el comercio, los servicios y la mano de obra, en pocas ciudades y regiones dentro de un estado, a expensas del atraso y la pobreza del resto del país.

Información complementaria:

El concepto de estructura económica comprende la relación entre los diversos sectores de la economía, especialmente entre los tres sectores principales, conocidos como primario, secundario, terciario.

En el sector primario se incluyen aquellas actividades cuyos productos se obtienen directamente de la naturaleza: la agricultura, la pesca, la explotación forestal.

El secundario agrupa las actividades que transforman o elaboran los productos  de la naturaleza, como la industria y la construcción.

El terciario o sector servicios no se ocupa de productos o bienes materiales, sino de servicios; éstos cubren desde el servicio doméstico y personal hasta los servicios financieros y comerciales, profesionales y estatales.

Hace cientos de años según aumentaba la productividad de la agricultura se iban necesitando menos trabajadores en la producción de bienes de subsistencia y había más que podían dedicarse a otras actividades productivas.

De este modo comenzó el proceso de industrialización, que se extendió desde el final de la Edad Media hasta mediados del siglo XX (en Europa Occidental y Norteamérica). La proporción de mano de obra empleada en la agricultura cayó, del 90 u 80% del total, a menos del 50% a finales del siglo XIX, y más recientemente a menos del 10%. Lo mismo ocurrió con la proporción de la renta total o PNB proveniente de la agricultura, aunque el valor total de la producción agrícola aumentó en términos absolutos.

A medida que disminuía el porcentaje de mano de obra dedicada a la agricultura, aumentaba el de la dedicada al sector secundario, aunque no en la misma proporción.

Los procesos de cambio en las proporciones de mano de obra empleada y de la renta obtenida en los dos sectores son importantes ejemplos de cambio estructural en la economía. Desde 1950 aproximadamente, las economías más avanzadas han experimentado un nuevo cambio estructural, del sector secundario al terciario.

¿Cómo pueden explicarse estos cambios estructurales? El paso de las actividades agrícolas a las secundarias implicó dos importantes procesos:

Por parte de la oferta: la creciente productividad hizo posible producir la misma cantidad de producto con menos mano de obra.

Por parte de la demanda: se puso en funcionamiento una constante del comportamiento humano, Ley de Engel (Ernst Engel), esta ley afirma que al aumentar la renta de un consumidor, baja la proporción de la misma que se destina a alimentos. A su vez, esto podría relacionarse con la ley de la utilidad marginal decreciente, que es, cuanto más se tiene de un determinado bien, menos se aprecia cada nueva unidad de él.

Con respecto al segundo cambio estructural ahora en curso, del secundario al terciario, de la producción y consumo de bienes a la de servicios, entra en funcionamiento un colorario de la Ley de Engel: al aumentar la renta, aumenta la demanda de todos los bienes, pero en menor proporción que la renta, siendo la demanda de bienes sustituida en parte por la de servicios y ocio.

Los cambios tecnológicos, que incrementan la productividad, y los gustos son los responsables básicos de dichos cambios estructurales, y en general, su causa inmediata es la variación de precios y salarios relativos. Los precios de los bienes y los servicios están determinados por la mutua influencia entre la oferta y la demanda. Un precio relativamente alto indica que la oferta es escasa en relación con la demanda; un precio relativo bajo indica lo contrario.


Como regla general, los factores de producción se mueven hacia los usos de los cuales se pueda obtener un mayor beneficio, es decir, aquellos donde los precios sean más altos. En los casos históricos que examinamos queda patente la importancia de la escasez relativa y los precios relativos como elementos dinámicos del cambio económico.


Información complementaria

*Sólo lectura en línea, no tiene por qué ir impreso en el Avance Programático.

La economía informal: definiciones, teorías y políticas
Por Martha Alter Chen

Existe actualmente un interés renovado en la economía informal en todo el mundo. Ello se debe en parte a que la economía informal ha crecido y ha surgido con disfraces nuevos y en lugares inesperados. Esto es resultado, entre otras cosas, del hecho de que el empleo informal se expandió de manera significativa durante la reciente gran recesión (Horn 2009). Hoy en día, en la mayoría de las regiones desarrolladas, más de la mitad del empleo no agrícola es informal, y en el sur de Asia la proporción del empleo informal puede ser tan alta como 80% del empleo no agrícola (Vanek et ál. 2012). Si en estos cálculos se incluyeran los datos sobre el empleo informal en la agricultura, la proporción del empleo informal en el empleo total sería aun más alta en las regiones eminentemente agrícolas, especialmente en el África subsahariana, e incluso más en el sur de Asia.

Este interés renovado también es resultado del reconocimiento de los vínculos entre informalidad y crecimiento, por una parte, y entre informalidad, pobreza y desigualdad, por otra. Hay un mayor reconocimiento de que hoy en día la economía informal está íntimamente unida a la economía formal y contribuye a la economía total, y de que el apoyo a los trabajadores pobres en la economía informal es un elemento crucial para reducir la pobreza y la desigualdad. Y también existe un mayor reconocimiento de que las mujeres suelen concentrarse en las formas más precarias del empleo informal, así que el apoyo a las trabajadoras pobres en la economía informal es crucial para reducir la pobreza de las mujeres y la desigualdad de género (Chen et ál. 2004, 2005).

En resumen, aunque el interés por este fenómeno ha sufrido altibajos desde principios de la década de los setenta, el concepto ha seguido resultando útil para muchos formuladores de políticas, activistas e investigadores. Esto se debe a la importancia de la realidad que trata de reflejar: la gran parte de la fuerza laboral que contribuye de forma significativa a la economía mundial pero que queda desprovista de la protección y la regulación del Estado.

Hoy en día, la economía informal es un campo de estudio por derecho propio que atrae el interés de un número creciente de expertos de muchas disciplinas: desde la economía, la antropología y las relaciones industriales hasta los estudios de género, las ciencias políticas, la sociología y la planificación urbana. Las investigaciones recientes se enfocan en la magnitud y composición de la economía informal, el motor o las causas de la informalidad, las consecuencias de la informalidad en lo que respecta al bienestar y la productividad, y los tipos de vínculos que existen entre informalidad, formalidad, crecimiento, pobreza y desigualdad. Este resurgimiento del interés por la economía informal ha generado un replanteamiento significativo del concepto y mejoras en la medición oficial del fenómeno.

Debates históricos

Vendedores ambulantes en la Ciudad de México, vendedores con carritos en Nueva York, tiradores de rickshaws en Calcuta, conductores de minibuses en Manila, recolectores de basura en Bogotá y barberos en la vía pública en Durban: las personas que trabajan en las calles o al aire libre son los trabajadores informales más visibles. Otros trabajan en tiendas y talleres pequeños que reparan bicicletas y motocicletas; reciclan chatarra; producen muebles y partes de metal; curten piel y cosen zapatos; tejen, tiñen y estampan telas; pulen diamantes y otras piedras preciosas; producen y bordan ropa; separan y venden ropa, papel y desechos de metal, y mucho más. Los trabajadores menos visibles —la mayoría de ellos mujeres— trabajan en sus hogares. Trabajadores a domicilio hay en todo el mundo e incluyen a los de la confección en Toronto, bordadores en la isla de Madeira, zapateros en Madrid y ensambladores de partes electrónicas en Leeds. Otras categorías de trabajos que tienden a ser informales tanto en países desarrollados como en países en desarrollo incluyen a los trabajadores eventuales en restaurantes y hoteles, los conserjes subcontratados y guardias de seguridad, los jornaleros en la construcción y la agricultura, los trabajadores a destajo en talleres con condiciones laborales abusivas y los asistentes de oficina temporales o personas subcontratadas que procesan datos a distancia.

Las condiciones de trabajo y el nivel de ingresos difieren notablemente entre aquellos que andan buscando trapos viejos y papeles en la calle, aquellos que son contratados para producir prendas de vestir en sus hogares, aquellos que venden mercancía en las calles y aquellos que procesan datos de manera temporal. Al interior de los países, la economía informal se encuentra altamente segmentada según el sector de la economía, el lugar de trabajo y el estatus del empleo, y dentro de estos segmentos de acuerdo al grupo social y al género. Pero aquellas personas que trabajan de manera informal tienen una cosa en común: carecen de protección legal y social.

A lo largo de los años, el debate sobre la vasta y heterogénea economía informal se ha cristalizado en cuatro escuelas de pensamiento dominantes sobre su naturaleza y composición:

1. Escuela dualista: el sector informal de la economía comprende actividades marginales —distintas del sector formal y no relacionadas con él— que proporcionan ingresos a los pobres y una red de seguridad en tiempos de crisis (Hart 1973; ilo 1972; Sethuraman 1976; Tokman 1978). Los dualistas argumentan que los negocios informales están excluidos de las oportunidades económicas modernas debido a desequilibrios entre las tasas de crecimiento de la población y el empleo industrial moderno, y a un desfase entre las habilidades de las personas y la estructura de las oportunidades económicas modernas. Son de la opinión de que las unidades y actividades informales tienen pocos (si es que los tienen) vínculos con la economía formal; antes bien, operan como un sector distinto de la economía, y la fuerza laboral informal —la cual se asume como mayoritariamente autónoma— constituye el sector menos favorecido de un mercado laboral dualista o segmentado. Los dualistas prestan relativamente poca atención a los vínculos entre las empresas informales y las regulaciones gubernamentales. Pero recomiendan que los gobiernos creen empleos y otorguen créditos y servicios de desarrollo empresarial a los negocios informales, así como infraestructura básica y servicios sociales a sus familias.

2. Escuela estructuralista: percibe la economía informal como unidades económicas (microempresas) y trabajadores subordinados que sirven para reducir los costos de insumos y de mano de obra, y, de ese modo, aumentan la competitividad de las grandes empresas capitalistas (Moser 1978; Castells y Portes 1989). Los estructuralistas argumentan que la naturaleza del crecimiento capitalista y/o del capitalismo impulsa la informalidad: específicamente, los intentos de las empresas formales de reducir los costos laborales y aumentar la competitividad, así como la reacción de las empresas formales ante el poder de los trabajadores sindicados, las regulaciones estatales de la economía (particularmente los impuestos y la legislación social), la competencia global y el proceso de industrialización (particularmente, sectores deslocalizados, cadenas de subcontratación y especialización flexible). Para esta escuela, la economía informal y la formal están intrínsecamente vinculadas. Percibe a las empresas informales lo mismo que a los trabajadores asalariados informales como subordinados a los intereses del desarrollo capitalista, proporcionando bienes y servicios baratos. Argumentan que los gobiernos deberían abordar la relación desigual entre el “gran capital” y los productores y trabajadores subordinados, reglamentando tanto las relaciones comerciales como las de empleo.

3. Escuela legalista: la economía informal está formada por microempresarios “valientes” que eligen trabajar de manera informal a fin de evitar los costos, el tiempo y el esfuerzo del registro formal, y que necesitan derechos de propiedad para hacer que sus activos sean legalmente reconocidos (De Soto 1989, 2000). Argumentan que un sistema legal hostil lleva a los trabajadores independientes a operar de manera informal, con sus propias normas informales y extrajudiciales. Esta escuela se centra en las empresas informales y el marco regulatorio formal, que en buena parte deja de lado a los trabajadores asalariados informales y a la economía formal per se. Pero reconoce que las empresas formales —lo que De Soto llama los intereses “mercantilistas”— se coluden con el Gobierno para establecer las “reglas del juego” (De Soto 1989). Argumentan que los gobiernos deberían introducir trámites burocráticos simplificados para animar a las empresas informales a registrarse y extender los derechos legales en materia de propiedad a los activos de los negocios informales, a fin de promover su potencial productivo y convertir sus activos en capital real.

4. Escuela voluntarista: también se centra en empresarios informales, quienes deliberadamente tratan de evitar regulaciones e impuestos, pero a diferencia de la escuela legalista, no culpa a los trámites engorrosos de registro. Los voluntaristas argumentan que los negocios informales eligen operar de manera informal después de considerar la relación costo-beneficio de la informalidad en comparación con la formalidad. Prestan relativamente poca atención a los vínculos económicos entre los negocios informales y las empresas formales pero son de la opinión de que los negocios informales crean competencia desleal para las empresas formales porque evitan las regulaciones formales, los impuestos y otros costos de producción. Argumentan que los negocios informales deberían ser sometidos al marco regulatorio formal para aumentar la base fiscal y reducir la competencia desleal hacia los negocios formales.

Otro enfoque —a menudo concentrado en los países desarrollados y en transición— percibe al sector informal como producción ilegal, u oculta y/o clandestina. Producción ilegal se refiere a actividades de producción que están prohibidas por la ley o que resultan ilegales si son realizadas por productores no autorizados, mientras que producción clandestina se refiere a actividades de producción que si bien son legales si se realizan en cumplimiento de las regulaciones, son deliberadamente ocultadas de las autoridades.
Dada la heterogeneidad de la economía informal, cada una de estas perspectivas tiene su mérito, ya que cada escuela refleja uno u otro “trozo del pastel (informal)”. Pero la economía informal, en conjunto, es más heterogénea y compleja que lo que la suma de estas perspectivas podría indicar.

Algunos de los trabajadores autónomos eligen —o se ofrecen a— trabajar de manera informal para evitar el registro y los impuestos, mientras que otros lo hacen por necesidad o tradición. Asimismo, muchos de los trabajadores autónomos acogerían con agrado cualquier esfuerzo para reducir las barreras al registro y los costos de esta transacción, especialmente si pudieran recibir los beneficios de la formalización.

Además, mucho del aumento reciente en el empleo asalariado informal se debe a la informalización de relaciones de empleo que solían ser formales. En muchos de estos casos son los empleadores —no los empleados— quienes evitan las regulaciones y los impuestos. Los empleadores a menudo prefieren mantener una pequeña plantilla de base permanente y contratar a los demás trabajadores de manera informal para evitar pagar los impuestos sobre la nómina y las cotizaciones al seguro social del empleador o las pensiones. En algunos casos, se evaden los impuestos sobre la nómina y las cotizaciones al seguro social por consentimiento mutuo del empleador y del empleado, como cuando los empleados prefieren recibir una mayor remuneración neta en lugar de las cotizaciones del empleador al seguro social. Este puede ser el caso cuando los sistemas de seguridad social son mal administrados —o sus condiciones no son transparentes o son mal comprendidas—, lo que lleva a que el empleado no espere ninguna prestación a cambio de las contribuciones.

En resumen, algunos empresarios informales eligen —o se ofrecen a— trabajar de manera informal. Sin embargo, el empleo informal tiende a expandirse durante las crisis económicas o recesiones, lo que indica que —además de la elección— es la necesidad la que impulsa la informalidad. Asimismo, la informalización de las relaciones de empleo es una característica del crecimiento económico contemporáneo y de la economía mundial.

Además, en muchos países en desarrollo la mayoría de la fuerza laboral nunca ha tenido un empleo formal y continúa dedicándose a actividades tradicionales y de supervivencia.

II. Replanteamiento reciente

En los últimos 15 años, se han dedicado muchas reflexiones y muchos esfuerzos al desarrollo de marcos holísticos que tomen en cuenta todos los aspectos de la informalidad y todas las categorías de trabajadores informales. Los estadísticos y usuarios informados de datos se han centrado en las definiciones y mediciones estadísticas para mejorar los datos oficiales sobre la fuerza laboral y otros datos económicos sobre la informalidad.

Otros observadores se han enfocado en entender la composición de la economía informal y lo que impulsa sus diferentes componentes, así como los vínculos de la economía informal con la formal y las regulaciones formales.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT), el Grupo de Delhi (expertos en estadísticas sobre el sector informal) y Mujeres en Empleo Informal: Globalizando y Organizando (WIEGO, por sus siglas en inglés) trabajaron juntos para ampliar el concepto y la definición con la incorporación de ciertos tipos de empleo informal que no estaban incluidos en definiciones y conceptos previos de sector informal. Intentaron incluir la informalidad relacionada con el trabajo como se manifiesta en las economías industrializadas, las economías en transición y las economías en desarrollo, así como las dinámicas reales en los mercados laborales actuales, particularmente los arreglos de empleo de los trabajadores pobres.

La definición ampliada se centra no solo en las características de las empresas, sino también en la naturaleza del empleo; incluye todos los tipos de empleo informal, tanto dentro como fuera de las empresas informales.2 Según esta definición, el empleo informal es una categoría amplia y heterogénea. Para efectos de análisis y formulación de políticas, resulta útil subdividir el empleo informal en empleo independiente y empleo asalariado, y dentro de estas amplias categorías, en subcategorías más homogéneas de acuerdo a la situación en el empleo, de la siguiente manera:

• Empleo independiente informal: empleadores en empresas informales, trabajadores por cuenta propia en empresas informales, trabajadores familiares auxiliares (en empresas informales y formales), miembros de cooperativas de productores informales (donde existen).

• Empleo asalariado informal: los empleados contratados por empresas formales o informales sin contribuciones de protección social o contratados como trabajadores remunerados en hogares. Es más probable que los siguientes tipos de trabajos asalariados sean informales: empleados de empresas informales, trabajadores ocasionales o jornaleros, trabajadores temporales o a tiempo parcial, trabajadores del hogar remunerados, trabajadores a contrato, trabajadores no registrados o sin declarar, trabajadores industriales a domicilio (también llamados trabajadores subcontratados).

Esta definición ampliada extiende el enfoque de empresas no reguladas legalmente a la inclusión de relaciones de empleo que no son legalmente reguladas o socialmente protegidas. También sirve para centrar la atención en los trabajadores informales, por ejemplo, aquellos que son empleados de manera informal. A este enfoque centrado en el empleo se ha sumado una reconsideración importante de la composición, las causas y las consecuencias del empleo informal. Hoy en día se reconoce ampliamente que el empleo informal incluye una gama de personas independientes que trabajan principalmente en empresas pequeñas o no registradas y no constituidas en sociedad de capital, así como una gama de trabajadores asalariados que son empleados sin contribuciones del empleador al sistema de protección social.

En resumen, hay tres definiciones y términos estadísticos oficiales relacionados que se usan con frecuencia de manera imprecisa y sin distinción: el término sector informal se refiere a la producción y al empleo que tienen lugar en empresas pequeñas o no registradas y no constituidas en sociedad de capital (ICLS 1993); el término empleo informal se refiere al empleo sin protección legal y social, tanto dentro como fuera del sector informal (ICLS 2003); y el término economía informal se refiere a todas las unidades, actividades y trabajadores así definidos, así como a su producción. Juntos forman, tanto nacional como mundialmente, la amplia base de la fuerza laboral y la economía.
Modelos conceptuales holísticos

Hay diferentes teorías sobre lo que causa la informalidad y lo que esta abarca. Muchos economistas tradicionales se suscriben a la noción de que la economía informal está conformada por empresarios informales que eligen —o se ofrecen a— trabajar de manera informal (Maloney 2004). Sin embargo, otros economistas reconocen que el empleo informal tiende a expandirse durante las crisis económicas o recesiones, lo que indica que —además de la elección— es la necesidad lo que impulsa la informalidad. Otros observadores señalan que la informalización de las relaciones de empleo es una característica del crecimiento económico contemporáneo y de la economía mundial, y que los trabajadores asalariados informales contratados por empresas formales u hogares van en aumento en muchos países. Además, cada vez hay un mayor reconocimiento de que diferentes factores impulsan diferentes segmentos de la economía informal. En los últimos años, varios grupos de observadores han planteado modelos que buscan capturar los componentes de la informalidad y/o los diferentes factores que impulsan la informalidad.

En resumen, una mezcla de factores impulsa los diferentes segmentos del empleo informal. Algunos trabajadores autónomos eligen —o se ofrecen a— trabajar de manera informal para evadir el registro y los impuestos. Otros no eligen trabajar de manera informal; lo hacen por necesidad, condicionamiento social o tradición. Muchos de los trabajadores autónomos acogerían con agrado cualquier esfuerzo para reducir las barreras al registro y los costos de transacción relacionados con este, especialmente si pudieran recibir los beneficios de la formalización. El aumento reciente en el empleo informal está asociado con el declive en el empleo asalariado formal y con la informalización de empleos que solían ser formales. La informalización se debe, en gran medida, a las prácticas de contratación de los empleadores que prefieren mantener una pequeña plantilla de base permanente y contratar al resto de los trabajadores de manera informal para evitar el pago de los impuestos sobre la nómina, las cotizaciones al seguro social del empleador, las pensiones u otras obligaciones como empleadores. En algunos casos, se evaden los impuestos sobre la nómina y las contribuciones al seguro social por consentimiento mutuo del empleador y del empleado.

Fuente: http://estepais.com/site/?p=46140

Ejercicio. Escucha la entrevista a la autora del artículo anterior, Martha Alter, quien expone la problemática de la economía informal. 

¿Identificas este fenómeno en el ámbito de tu vida cotidiana? Escribe lo que piensas en media cuartilla. 



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