Para su transcripción
en el Avance Programático:
El ser humano siempre ha tenido una relación con el entorno
que lo rodea, mostrando una gran capacidad de adaptación a diferentes ambientes.
Ha sido una relación de dominio, donde el hombre ha logrado explotar sistemáticamente
los recursos naturales, aparentemente de manera racional, pero que a la postre,
en el presente, nos damos cuenta que
esto ha puesto en crisis la subsistencia no sólo de la especie humana, sino de
todos los seres que habitan nuestro planeta, ya que la explotación a la que es
sometida la naturaleza, tiene repercusiones que indican que este ritmo no puede
sostenerse más, si es que deseamos que haya recursos disponibles (tales como
agua, alimento, minerales, entre otros) para las generaciones venideras.
La naturaleza no son sólo recursos, sino visiones del
mundo. Verla únicamente como recursos, implica encasillarla en las misma
categorías con que el sistema capitalista actual le pone precio a todo y
justifica la destrucción y el despojo. Pero habría que tomar en cuenta que la
naturaleza también es el universo, que en realidad está hecha de muchos universos.
Por eso Ernesto Cardenal, un poeta nicaragüense, afirma que
sería mejor llamarle "pluriverso" a todo esto que nos rodea, tanto en
el exterior como en el interior de nosotros mismos, en nuestra propia
naturaleza humana. Pero la humanidad es su carencia de sí, escribió José
Revueltas. Esta sentencia del escritor mexicano, convive con la idea de que la
naturaleza humana, en sí misma es destructiva.
Ejercicio.
Responde a la pregunta: ¿Tú qué piensas
de la naturaleza humana?
La complejidad de las relaciones entre el hombre y la
naturaleza, ha cambiado a lo largo de la historia. Se han modificado de acuerdo
con las relaciones que se han establecido históricamente entre los mismos seres
humanos y sus sociedades. En este sentido, la relación de dominio se da en dos
sentidos: la cultura de una región está influenciada por los recursos y otros
elementos biológicos del ambiente circundante. Y el ser humano, a su vez,
modifica su entorno.
De esta manera, las relaciones hombre-naturaleza se dan en
un contexto espacial y temporal que las influye. Así como también, el tipo y la
manera en que el ser humano utiliza los recursos, depende del entorno biológico
y cultural. El reto de las ciencias sociales, es comprender esta relación, junto
con las demás interacciones que se establecen en el entramado social, para dar
respuesta a los problemas contemporáneos que viven nuestras sociedades, encaminándolas
a un mejor futuro.
A principios de siglo XX, se estimaba posible que
trascendiéramos el capitalismo. En este sentido, un pensador llamado Hebert
Marcuse, que escribió el libro "El hombre unidimensional", señalaba
que con los avances tecnológicos, por fin era posible eliminar el hambre del
mundo. Hoy en día, en las primeras décadas del siglo XXI, se afirma que no hay
salidas al sistema. La utopía de un mundo sin desigualdad social, no se logró
alcanzar. Ciertamente, el futuro no se construye sólo de buenas intenciones,
sino de saberes aplicados a una realidad concreta, donde hemos sido testigos de
cómo los conocimientos se están utilizando para establecer un control
"biopolítico" global, en beneficio, por ejemplo, de las corporaciones
multinacionales que intervienen en el proceso de producción de alimentos.
Ejercicio.
Responde a la pregunta: ¿Tú qué piensas
de lo que afirmó Marcuse?
Información
complementaria:
La palabra "naturaleza" tiene
dos significados fundamentales: En primer lugar, podemos entender la Naturaleza
como el conjunto, orden y disposición de la realidad material existente,
entendida como un sistema dotado de leyes propias al margen de la intervención
humana. En este sentido, la Naturaleza está formada por el conjunto de todos
los seres no artificiales que existen en el universo; y es cosmos (y no caos),
en cuanto es un conjunto ordenado y regulado por leyes (físicas, químicas,
biológicas...).
En segundo lugar, el término naturaleza
también designa la esencia o modo de ser que determina específicamente a un
ser; el conjunto de caracteres particulares o propiedades que le definen. En
este segundo sentido, cada individuo posee una naturaleza o esencia que se
corresponde con su modo de ser específico.
El hombre es un ser vivo y, como tal,
forma parte de la Naturaleza. El hombre es un ser natural, cuya naturaleza
específica consiste en la racionalidad, en poseer una inteligencia y una
voluntad libre. Dicha naturaleza humana es universal y lo coloca en una situación
privilegiada ya que, a diferencia del resto de los seres naturales, su comportamiento
no está determinado por los instintos y necesidades naturales sino que, gracias
a su voluntad libre, incluso puede obrar en oposición a los mismos (sacrificio
de la propia vida, huelga de hambre...). No obstante, en el hombre no existe oposición
entre naturaleza y libertad, ya que la libertad pertenece a su naturaleza.
Desde sus orígenes, el hombre siempre
ha intentado conocer la Naturaleza, ya que de ello dependía su supervivencia.
El conocimiento del marco natural, así como su transformación y aprovechamiento
motivó e impulsó el conocimiento científico y la técnica. Gracias a su
inteligencia, el hombre ha sabido adaptar la realidad a sus propias necesidades,
ha sido capaz de utilizar la naturaleza y perfeccionarla acomodándola al modo
de ser y necesidades humanas. Así por ejemplo, el hombre no se ha conformado con
recolectar los frutos que la naturaleza le ofrece, sino que aprendió a sembrar
y cosechar: primero manualmente, luego ayudado por animales y finalmente
creando máquinas con esa finalidad. Nuestros sistemas de embalse y canalización
permiten tener agua corriente en lugares en los que las lluvias son
prácticamente inexistentes. El hombre "usa" la naturaleza para
satisfacer sus necesidades, pero también es cierto que, lamentablemente, muchas
veces "abusa" de ella y acaba destruyéndola: extinción de especies
animales y vegetales, deforestación, contaminación del agua y de la atmósfera.
Que el hombre no sea un ser natural
más, no significa que sea "dueño de la naturaleza" o que pueda
utilizarla de un modo arbitrario o agotar sus recursos indiscriminadamente: el
hombre no posee derechos absolutos sobre la naturaleza, sino que debe
administrar sus recursos naturales en un marco de respeto hacia la realidad natural
en sí misma considerada y hacia las generaciones futuras. Destruir la
naturaleza, no respetar su riqueza, dinamismo y leyes equivale a no respetar al
hombre que ha de vivir de ella y en ella. Cuando no tratamos adecuadamente y
con benevolencia la naturaleza, tampoco nos estamos comportando nosotros de
acuerdo con nuestra naturaleza humana y dignidad.
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