El estudio del método científico
es, en una palabra, la teoría de la investigación. Esta teoría es descriptiva
en la medida en que descubre pautas en la investigación científica.
De acuerdo con la filosofía científica, el peso de los enunciados —y por
consiguiente su credibilidad y su eventual eficacia práctica— depende de su
grado de sustentación y de confirmación.
El método
científico, o los métodos científicos, para Mario Bunge, lo estructuran leyes,
que no son ni simples ni infalibles, ni bien conocidas y por el contrario, son
numerosas, complejas y en parte desconocidas.
El
arte de formular preguntas y de probar respuestas es la esencia del método
científico. Por tanto, es cualquier cosa menos un conjunto de recetas que
puedan llegar a sustituir el trabajo creativo de las mentes hechas para la
ciencia.
La
variedad de habilidades y de información que exige el tratamiento científico de
los problemas, ayuda a explicar la extremada división del trabajo prevaleciente
en la ciencia contemporánea, en la que toda capacidad natural y toda habilidad
adquirida encuentra lugar. Es posible apeciar esta variedad exponiendo la pauta
general de la investigación científica, que a grandes líneas, es el siguiente.
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