A manera de exposición, les voy a explicar el surgimiento
de las Ciencias Sociales, destacando los puntos relevantes, sobre todo para las
personas que están iniciándose en esta esfera del conocimiento. Desde siempre
el ser humano ha sentido la inquietud, la necesidad de explicarse el mundo y
los fenómenos que ocurren dentro de este mundo. Las fuentes de nuestro propio
conocimiento. No obstante, las formas para explicarse el mundo durante miles de
años, se apoyaban y fundamentaban bajo un paradigma teocéntrico.
Especialmente desde la antigüedad clásica, Grecia, Roma,
por ahí, hasta el medioevo, esto consistía en una visión del mundo basada en
Dios. ¿Qué quiero decir cuando digo que la explicación del mundo se basaba en
este paradigma? Básicamente quiero decir que Dios era el centro del universo y
todos los fenómenos sociales y naturales que se daban dentro del universo, se explicaban a través de este dios.
Esto conllevaba una actitud de aceptación y resignación
frente a situaciones de injusticia y de opresión, puesto que los sujetos
aceptaban su realidad como un destino absoluto que venía ya preparado por Dios
para ellos. Esto forjaba una sociedad estática y conformista, con nula
movilidad social, que se basaba en este referente externo del cual hablo, que
viene a ser Dios.
Cabe aclarar que no sólo me refiero al Dios católico,
sino al dios predominante de los contextos que mencioné anteriormente (los
dioses de la mitología griega, por ejemplo). No solamente hablar del Dios
católico como el predominante, tanto en los fenómenos sociales como naturales.
De esta manera, la realidad comprende de múltiples facetas, sin embargo aquí menciono
dos para dar un ejemplo.
En cuanto a lo que llamamos realidad social, la pobreza,
por ejemplo, en el medioevo, se entendía de esta manera: el que nacía pobre, ese
era su destino; el Estado no destinaba recurso ni esfuerzo para sacar a una
persona de su condición, ni la persona misma se lo planteaba. No había una
movilidad laboral, sino que supuestamente era el destino que dios quería para
él. Y esto no se cuestionaba. Respecto a la dimensión que llamamos lo natural,
un terremoto, por ejemplo, era explicado como castigo de dios. El pueblo que
recibía este castigo, estaban haciendo algo mal.
Ya en la edad contemporánea, hay dos grandes hitos relevantes
para el surgimiento la Ciencias Sociales: La revolución francesa de 1789 y la
revolución industrial que se dio en Gran Bretaña y se extendió al resto de Europa.
La Revolución Francesa, bajo las consignas de libertad,
igualdad y fraternidad, pretendía derrumbar el sistema monárquico y separar los
poderes del Estado, que hasta el momento estaba en manos del rey, por el poder
divino que le concedía Dios. Hay que recordar que se supone que Dios le daba
todos los poderes del Estado al rey, porque él era como el "primo de dios",
era como el enviado directo de la divinidad en la tierra, por el cual él poseía
todos los poderes del Estado y este poder se transmitía de generación en
generación, es decir, se le heredaba a los hijos.
También la Revolución Industrial ayudó a comprender el
mundo social como el natural. La clave de esta comprensión es la utilización de
la ciencia en vez de la religión, a través del estudio sistemático de la
sociedad humana. Se derrumba el paradigma teocéntrico y se mide en distintos
parámetros. Bajo la ciencia como el método de estudio sistemático para la
sociedad humana, la sociedad moderna.
Es en este contexto, como resultado de la Revolución
francesa, Augusto Comte es considerado el padre del pensamiento sociológico.
Sólo un individuo no puede fundar una disciplina, claro está, pero él acuñó el
término "sociología", que primero conceptualizó como "física
social", en el sentido de que la ciencia social podría extraer las leyes,
en el mismo modo como las ciencias naturales llegaban a explicaciones, pero sus
rivales intelectuales también hablaban de esto, por lo que él quiso hacer un
distintivo de la disciplina y ocupó el término de sociología. En suma, tanto la
revolución francesa y la como la revolución industrial, cambiaron el
comportamiento tradicional de los patrones sociales.
Augusto Comte trató de encontrar una ciencia de lo social
y sus leyes, del mismo modo que las ciencias naturales explicaban el
funcionamiento físico, las ciencias sociales poseían una lógica y un método
científico. La metodología,
entonces, nos dice cómo debemos proceder ante
el conocimiento.
Las Ciencias Sociales instrumentan una multiplicidad de
explicaciones para la realidad que es múltiple y polifacética. Devela, conoce y
trata de predecir escenarios para el mundo social, las distintas situaciones
que se desenvuelven en nuestra realidad colectiva, lo que podría ser de gran
utilidad para mejorar el bienestar de la humanidad. Eran personas, pues, bien
intencionadas, aunque no por lo que pensaron, como hemos visto en clase,
pudieron cambiar el mundo, en la idea que se habían forjado, aunque después de
intelectuales como Comte el mundo no fue pensado, explicado dentro de las
Ciencias Sociales, de la misma forma.
Quien introdujo el método científico a los fenómenos
sociales, fue más tarde, otro francés Emilio Durkheim, el que recopiló la teoría
de Comte y la concretizó en estudios. Para Durkheim la sociología era una
ciencia nueva, que tenía el fin de dilucidar las anteriores preguntas
filosóficas, pero sometiéndolo a un análisis de tipo empírico, los hechos
sociales estudiados objetivamente.
Así lo dice Durkheim: La sociología "estudia los
hechos sociales como si fueran cosas", es el primer principio. Gracias a
esto pudo concretar estudios como los tipos de suicidio, la conciencia
colectiva y representaciones colectivas; conceptos como anomia y estructura
social. Ambos dejaron base para que Max Weber y Carlos Marx desarrollaran sus
teorías posteriores. Estos sujetos son los cuatro pilares fundamentales de las
ciencias sociales.
Información
complementaria:
Actualmente, las ciencias sociales ofrecen una mayor
claridad a nuestra comprensión de cómo las poblaciones humanas interactúan entre sí y por extensión con el medio
ambiente. Por esta razón, las ideas y la información que generan pueden hacer
una valiosa contribución a la formulación de políticas eficaces para dar forma
a nuestro mundo por el bien común. Sin embargo, el conocimiento científico
social se encuentra en peligro en las partes del mundo donde más se necesita.
Las enormes disparidades en la capacidad de investigación
existentes entre los países y la fragmentación del conocimiento obstaculizan las posibilidades de las
ciencias sociales para responder a los desafíos de hoy y de mañana.
A pesar de que pudiésemos construir una “sociedad del
conocimiento”, Como consecuencia de
la fragmentación, ésta se ve diferente
desde cada perspectiva regional. El conocimiento científico social es a menudo
el menos desarrollado en las zonas del mundo donde es más necesario.
Las brechas globales afectan
todos los indicadores de desarrollo humano, dificultando la acumulación,
transmisión y uso del conocimiento en nuestras sociedades en detrimento de un desarrollo equitativo. Estas brechas se
reproducen a sí mismas en cada gene ración, en nuestras instituciones y en nuestros métodos de creación y uso de
conocimiento.
Por otro lado, las ciencias sociales son un arma de doble filo. Las previsiones de los científicos
sociales han sido pobres en los momentos clave, y la influencia de las ciencias
sociales ha sido un arma de doble filo.
Parte del diagnóstico de la actual
situación económica mundial es algo en lo cual los científicos sociales
desempeñaron un papel decisivo para su interpretación, o malinterpretación,
ambos, tanto los “instrumentos financieros” tóxicos como las instituciones
defectuosas. Más que eso, los científicos sociales, a veces por razones de
oportunidad, no entendieron cómo su propia creación trabajada o supervisada se
había desarrollado.
Los científicos sociales no previeron
la caída del Muro de Berlín en 1989, el cual fue más tarde interpretado
erradamente por Francis Fukuyama como “el fin de la historia“, es decir, la
victoria final de la democracia constitucional y el libre mercado.
A medida que la crisis económica se
extendió en octubre de 2008, Alan Greenspan, presidente de la Reserva Federal
de Estados Unidos de 1987 a 2006, reconoció que su concepción del libre
mercado, la cual, sin duda, influyó en la política económica estadounidense,
para rechazar cualquier tipo regulación estatal, era deficiente. Cuando
encontró la falla dentro de su modelo, se sorprendió, porque durante 40 años o
más había encontrado "evidencias considerables de que estaba trabajando
excepcionalmente bien".
En resumen, si no es bueno cuando los
modelos de las Ciencias Sociales del mundo se malinterpretan, es aún peor
cuando sus modelos para el mundo conducen a malas interpretaciones del mundo
mismo.
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